Sobre el Fluviá, elegantemente tendido, describiendo un ángulo majestuoso, el puente románico de Besalú da la bienvenida al viajero en las calendas de Agosto.
Construido en roca y sobre la roca, sus ochos arcos únicos nunca dejan indiferente la mirada de aquellos que lo cruzan.
Antesala de un núcleo urbano espectacular que nos lleva a la Edad Media gerundense, el paso bajo la torre fortificada hexagonal ya nos situará en medio de batallas y asedios de tiempos remotos.
El paso del tiempo ha ido haciendo mella en sus pilares y sillares, lo que le ha hecho asiduo a reparaciones y modificaciones.
Hoy su espectacularidad le hace merecedor del título de Bien de interés Nacional.
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