Es necesario abandonar "Mainland" y cruzar el puente de Kyle of Lochals o tomar el ferry desde Mallaig para llegar a una de las más impresionantes islas perteneciente al grupo de las Hébridas interiores: La Isla de Skye.
En el extremo Noroeste de la isla se encuentra Neist Point una penísula que alberga al faro del mismo nombre. Ahora en desuso, se convierte en un lugar de obligada visita para aquellos que quieran asistir a puestas de sol espectaculares, siempre, claro está, que las traviesas nubes y el clima desesperantemente cambiante nos den una tregua para disfrutar de una experiencia irrepetible.
Para los más aventureros, pasar una noche acampado en sus praderas con una tienda de campaña, puede convertirse también en una aventura muy impactante, sobretodo si la noche se convierte en escenario de una tormenta del mar del norte.
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