Si alguien puede estar prevenido de la lluvia, sin duda, ése es Celedón. Sempiterno contempla a la Virgen Blanca desde la barandilla de la explanada de la Iglesia de San Miguel Arcángel de la capital Alavesa.
El tiempo amenaza y el de Zalduendo, seguro de acertar, lleva siempre en su mano el socorrido paraguas que complementa el atuendo típico de la llanada alavesa: La blusa larga y la txapela.
Cada 5 de agosto realiza el viaje descolgándose desde el campanario de la Iglesia, para cruzar en pausado vuelo la plaza de la Virgen Blanca, que luego subirá de nuevo, ya caminando, hasta la balconada entre el jalear del bullicio popular que disfruta de la fiesta.
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