Juro solemnemente que no fue mi intención fotografiarla a ella. Mi cita era con la diosa, como la de muchas otras tardes. Pero llegó y se colocó delante, sin reparo ni vergüenza. Estaba claro que se merecía ser inmortalizada.
Arrogante colocó sus curvas seductoras delante de mi mirada. Imposible no fijarse en tan atrevida fémina. Contraponiendose a la rectilínea ortodoxia divina, voluptuosa y sensual, sin tapujos, posó para mi objetivo prácticamente desnuda, bella.
Pues como otra Diosa..jejej,,un saludo desde Murcia....
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